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No podemos hablar de digitalización sin mencionar a la “Sociedad 5.0”, que es un concepto relativamente nuevo que básicamente significa una sociedad que emplea tecnologías para aportar en la sostenibilidad del planeta y para mejorar la calidad de vida de las personas.
Y es que para los desafíos tan grandes que se presentan en la actualidad, el hecho de contar con una aliada tan importante como la tecnología, hace que definitivamente todo sea mejor.
De ahí que varias naciones latinoamericanas estén promoviendo nuevas opciones para digitalizar aquello que antes se realizaba de forma tradicional. Una de ellas es la Facturación Electrónica, que ha demostrado no solo ser conveniente a nivel de costos y procesos, sino un mecanismo que agrega valor a las organizaciones.
Esta modalidad dio sus primeros pasos allá por el lejano 2003 en Chile. Como se ha implementado en cada país, primero inicia un plan piloto o pruebas, con un grupo de contribuyentes que por lo general son grandes empresas, luego pasa a una etapa de voluntariedad, en la que es totalmente opcional migrar a la misma y, finalmente, comienza a ser obligatoria para determinados grupos, según lo estipule el ente tributario.
Facturación Electrónica en Bolivia
En el país la modalidad inició su obligatoriedad en diciembre de 2021, y desde allí hasta ahora, se han emitido más de 123 millones de facturas electrónicas, según el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), en una nota que publicó a fines de septiembre del 2022.
Hasta la fecha existen 2 grupos de contribuyentes obligados, que en total suman más de 2.600 y hora, en diciembre de 2022, precisamente el primer día del mes, se sumarán un tercer grupo de 3.897 contribuyentes más. La fecha inicial para estos era el 1 de octubre del 2022, pero se extendió para una nueva fecha, según lo dispuesto por la Resolución Normativa de Directorio N.º 1022-20.
Para Wendy Andrade, COO de GuruSoft, compañía líder de Facturación Electrónica en Bolivia: “esta modalidad en realidad aporta mucho a las organizaciones, pues reduce costos de papelería, de resguardo de carpetas, de mobiliarios, así como también automatiza procesos, otorgando mayor agilidad a las organizaciones, que necesitan dedicarle menos tiempo a la operatividad y más tiempo a la estrategia”.
Para la especialista: “también aporta en otro aspecto que a veces no se puede apreciar a simple vista y es que disminuye considerablemente los niveles de estrés de las áreas de Facturación, Contabilidad y Finanzas, que ahora dispondrán de los detalles de las transacciones y de las mismas facturas, a tan solo un clic de distancia.
Para saber si eres un contribuyente obligado a emitir facturas de forma digital, puedes ingresar aquí, a la plataforma del SIAT.
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Escrito por Alex Morán Navia