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Después de la tormenta sale el sol para las PYMES

Después de la tormenta sale el sol para las PYMES

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Dicen que de cada crisis surge una oportunidad, y esa es la premisa para todos los emprendedores latinoamericanos en esta era post pandemia. No es ningún secreto, la llegada del COVID-19 significó una calamidad para una gran parte de las PYMES en el mundo, con meses de encierro de los consumidores y, en muchos otros casos, directamente la imposibilidad de trabajar a aquellos negocios que no eran considerados esenciales.

Estas dificultades despertaron el ingenio y la creatividad de los emprendedores, que debieron recurrir a distintas maneras de hacer frente a este escollo. Muchos apenas lograron cubrir costos y otros incluso mantuvieron las ganancias, pero hubo una gran parte de negocios que no resistió una coyuntura tan adversa y quebró.

Esto, poco a poco, ha empezado a quedar en el pasado y las economías comienzan a recuperarse, a retomar el ritmo habitual, gracias a las campañas de vacunación y demás ítems. Es por ello que hoy queremos enfocarnos en distintas variables que pueden jugar a favor de los emprendedores:

  • Innovación: buscar nuevas maneras de sorprender a los clientes es una forma de actualizarse. El mercado cambió y la pandemia plantea una oportunidad de reconfigurar la lógica del negocio. Enfocarse en lo que da ganancia y apuntalarlo.
  • Tecnología: el e-commerce es sólo una pata de este aspecto, en el que las nuevas herramientas nos pueden servir mucho. Redes sociales, buscadores, blogs, websites, apps y tantos otros recursos son una buena plataforma para dar visibilidad a productos y servicios.
  • Adaptabilidad: los hábitos de consumo cambiaron y cambiarán constantemente. Hay que estar atento al contexto para no quedar desactualizado. Si los clientes buscan un determinado producto, hay que ofrecerlo, si ofrecemos un servicio y la demanda va por otro lado, hay que capacitarse y dar esa opción.
  • Control: es una etapa de cambio en todo el planeta, hay que afinar el lápiz y estar muy pendiente de los números, de los costos y ganancias. No por actualizarse podemos endeudarnos o perder el equilibrio.
  • Resiliencia: los tiempos cambian y lo que ayer funcionó de maravillas, hoy puede estar destinado al olvido, es importante tener la capacidad de no frustrarnos y reinventarnos constantemente. Una adversidad puede ser el final de nuestro negocio o puede ser el inicio de un cambio de rumbo hacia uno más exitoso. Todo depende de cómo lo enfrentemos.

La mayoría de estos ítems giran en torno a un concepto: evolución. No quedarnos quietos, no dar nada por sentado, actualizarse, reconfigurarse constantemente con la premisa de que lo importante no es tanto lo que ofrezcamos, sino lo que el mercado busca.

Escrito por Pablo Ortiz.

 

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