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El multitasking o multitarea no es cosa de mujeres… ni de hombres. Podríamos dejárselo mejor a la tecnología, ¿no lo crees?
Veamos qué dice la ciencia ↓
Entre responder mensajes, terminar el informe, pensar qué vas a almorzar, poner la lavadora y recordar que olvidaste pagar la factura de la luz… tu cerebro está en modo supervivencia.
Ya sabemos que hemos crecido creyendo que ser multitasking es una virtud, especialmente si eres mujer, pero la ciencia lleva años gritándonos que es un mito. Uno muy rentable, por cierto.
Hoy queremos desmontarlo con pruebas, sin culpas, y con datos como nos gusta. Así que cierra todas esas pestañas o ventanas, apps de tu computadora o celular, y acompáñanos en este recorrido por la verdad detrás de la multitarea.
¿De dónde salió esa obsesión con hacerlo todo?
Durante décadas, la cultura del rendimiento nos vendió la idea de que hacer varias cosas al tiempo era sinónimo de productividad.
Es esa habilidad que muchos presumen en sus hojas de vida y que, durante años, se nos vendió como sinónimo de eficiencia. Pero lo cierto es que ni tú, ni yo, ni Beyoncé somos buenos en eso.
¿Sabes quién sí? Tu computadora. Y eso porque fue diseñada para eso. Tú cerebro tal vez no.
El término multitasking o multitareas apareció por primera vez en un reporte de la empresa IBM en 1965, donde se describía las capacidades de su IBM System/360; el cual se refería a los múltiples procesos que una computadora podía ejecutar en un determinado lapso.
Aunque el término multitasking nació en el mundo de la tecnología para describir las funciones de una máquina, aplicarlo al comportamiento humano ha generado una idea equivocada sobre nuestras capacidades.
A diferencia de las computadoras, nuestro cerebro no está diseñado para realizar múltiples tareas complejas al mismo tiempo sin perder eficiencia, concentración o bienestar.
Por eso, entender el origen del término nos ayuda a cuestionar su uso y a replantear nuestras expectativas sobre la productividad real.
Entonces, ¿por qué insistimos en hacer varias cosas a la vez?

Culturalmente, el multitasking se asocia con productividad. Si estás ocupado, debes estar avanzando. Pero en realidad, hacer muchas cosas al mismo tiempo no es sinónimo de hacerlas bien.
Según el psicólogo David Meyer, de la Universidad de Michigan: “el cerebro humano no está diseñado para realizar tareas múltiples en paralelo de manera eficiente”.
Cuando crees que haces varias cosas a la vez, en realidad lo que haces es cambiar rápidamente de una a otra tarea, lo que le atribuyen como switchtasking. Y cada cambio tiene un costo cognitivo.
El multitasking, según un estudio publicado en Psychology Today, reduce la calidad del trabajo, disminuye la retención de información y estropea la memoria a corto plazo. Además, de estar vinculado con niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés.
El viejo refrán lo dice: menos, es más.
También explica que cambiar de tarea continuamente disminuye tu rendimiento en un 40% y aumenta tus niveles de estrés. Así es, por tratar de abarcarlo todo, terminas con menos energía, más errores y cero sensaciones de logro.
Y lo peor es que ni siquiera es igual de dañino para todos. De acuerdo con el artículo de Observatorio Tec, del Instituto para el Desarrollo Tecnológico de Monterrey; los estudiantes y trabajadores jóvenes son los más propensos a caer en esta trampa, en parte porque están hiperconectados.
Notificaciones, correos, llamadas, WhatsApps, el reel que te mandaron, el meme del grupo… ¡Boom!, tu atención desaparece.
En el artículo El multitasking es bueno o malo, publicado por Infobae, resalta cómo la era digital nos ha hecho sentir que tenemos que responder al instante y estar “en todo”. Lo paradójico es que, en la búsqueda de ser más productivos, termínanos siendo más ineficientes.
Cómo lidiar con el “síndrome del multitasking”
En psicología, hay un nombre relacionado con el exceso de llevar a cabo varias tareas hasta llevar al agotamiento, quizás hayas oído el término del Síndrome burnout.
Básicamente, consiste en un padecimiento o trastorno emocional, producto de una respuesta hacia el estrés generado comúnmente en el trabajo.
El multitasking según expertos es una de las causas que podría llevarte a sufrir de burnout.
¿Entonces somos flojos o perezosos por no poder con todo?
Para nada. No se trata de flojera, sino de cómo funciona el cerebro humano. Es que no solo afecta el trabajo intelectual, sino también tareas manuales o mecánicas.
Por eso, conducir mientras respondes un mensaje de voz o cocinar mientras haces una llamada importante son escenarios de alto riesgo (y todos los hemos hecho).
Aquí te compartimos algunos tips anti-multitasking ↓
- Agrupa tareas similares: por ejemplo, responde tus correos en una franja horaria específica.
- Desactiva notificaciones innecesarias: tus apps no necesitan atención 24/7.
- Aplica la técnica Pomodoro: 25 minutos enfocado, 5 de descanso. Parece simple, y lo es. Pero también es muy eficaz.
- Haz pausas conscientes: caminar, respirar, o simplemente mirar por la ventana. Tu cerebro necesita oxígeno, no más tareas.
- Prioriza tus actividades diarias: puedes basarte en la Matriz de Eisenhower.
- Deja que la tecnología se encargue: utiliza herramientas que te faciliten el desarrollo de tus actividades aprende a gestionarlas.
- Aprende a decir NO: pues no todo es urgente. No todo es tu responsabilidad. Delegar es sano.
Así que no te sientas mal si no puedes hacerlo todo al mismo tiempo. De hecho, felicítate por no hacerlo. Elegir una cosa, enfocarte y hacerla bien es la verdadera revolución en tiempos de sobreestimulación.
Hazle caso a la ciencia, a tu salud y apaga las notificaciones, respira y empieza por una sola tarea. Verás que todo fluye mucho mejor.
¿A ti qué te pareció? Podríamos optar por cambiarnos del multitasking al monotasking.
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Escrito por: Catalina Bonnet