Así está cambiando la digitalización a las administraciones tributarias en ALC

Su modernización ha impulsado la eficiencia y transparencia en toda la región, pero cuál es el impacto que ha dejado está transformación digital

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Seguro has oído hablar de la transformación digital, y cómo está cada vez ocupa más espacio en cualquier ámbito, como es el caso de las administraciones tributarias. Y esta innovación tecnológica, se ha convertido en una prioridad para los gobiernos de América Latina y el Caribe (ALC).

Este proceso no solo busca modernizar los sistemas y servicios, sino también garantizar una mayor eficiencia, equidad y transparencia fiscal.

Y es que, en los últimos años, hemos visto como los avances tecnológicos han impulsado un cambio profundo en la manera en que las autoridades fiscales interactúan con los contribuyentes, gestionan los datos y aplican las normativas tributarias.

Según el informe del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), la digitalización de las administraciones fiscales se basa en una estrategia integral que combina la actualización tecnológica, la mejora de los procesos internos y la capacitación del personal.

Todas estas acciones buscan fortalecer la gestión operativa, tener una mejor gestión de los recursos y aumentar la productividad mediante el uso inteligente de herramientas digitales.

Por otro lado, de acuerdo con el artículo Digitalización y transformación digital de la Administración Tributaria en América Latina y el Caribe (ALC): más allá de la factura electrónica del CIAT, los esfuerzos de modernización en la región se estructuran en torno a tres ejes principales: la inversión tecnológica (32,93%), la mejora de procesos internos (29,97%) y la capacitación continua del personal (25,79%).

La actualización tecnológica, sin duda es la acción más adoptada, enfocándose en reemplazar sistemas obsoletos, integrar plataformas y desarrollar entornos de prueba que permitan innovar sin comprometer la seguridad ni la operación diaria.

No obstante, la digitalización enfrenta importantes desafíos. El informe del CIAT identifica algunos, entre los que destaca: las restricciones presupuestarias (30,36%) y las políticas de ciberseguridad restrictivas (23,66%).

La falta de recursos financieros limita la capacidad de inversión en infraestructura tecnológica, lo que puede retrasar la modernización de los sistemas tributarios. Por su parte, las políticas de ciberseguridad, aunque esenciales para proteger la información fiscal, en ocasiones pueden generar procesos demasiado rígidos que dificultan la implementación de soluciones innovadoras, según resalta el CIAT.

Pero, ahora nos surge una pregunta, ¿cómo ha sido está transformación digital?

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en un informe publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha definido este proceso como la Administración Tributaria 3.0, un modelo en el que los datos se convierten en el elemento vital que impulsa las decisiones fiscales.

De acuerdo con la OCDE, la administración tributaria ha pasado por tres etapas:

→ 1.0: basada en procesos manuales y documentos físicos.

→ 2.0: la era de la e-administración, con servicios digitales básicos.

→ 3.0: la etapa actual, centrada en la gestión inteligente de datos, la interoperabilidad de sistemas y la automatización de tareas.

En este contexto, el uso de interfaces de programación de aplicaciones (API), por ejemplo, ha cobrado gran relevancia. Según la OCDE, el 60% de las administraciones tributarias encuestadas ya están creando APIs, para facilitar la integración entre plataformas internas y servicios externos, lo que mejora la conectividad, la trazabilidad y la experiencia del contribuyente.

Sin embargo, no se puede hablar de transformación digital, sin reconocer una herramienta tecnológica que hoy mueve el intercambio de información entre una empresa y las autoridades fiscales. Y que, por supuesto hablaremos aquí, y es la factura electrónica.

Facturación electrónica: un ejemplo de éxito en América Latina

La Facturación Electrónica representa uno de los avances más notables en la digitalización fiscal. Este sistema ha ayudado a reducir la evasión y fortalecer la transparencia.

Según la OCDE, más de 50 países en todo el mundo, han implementado la Facturación Electrónica, y en América Latina y el Caribe más de 10 naciones la adoptaron desde 2018.

Pero lo que ha marcado una diferencia de esta tecnología, es que entre sus características se incluyen el uso de firmas digitales, tienen un formato en común, y el envío directo de documentos a la administración tributaria, lo que garantiza la autenticidad y seguridad en cada transacción.

Además, se trata de una solución de bajo costo que facilita el cumplimiento fiscal, especialmente para pequeñas y medianas empresas, al estar alojada en línea y disponible mediante aplicaciones accesibles para los contribuyentes, como nuestra solución en la nube eDoc Pyme.

El artículo del CIAT, además destaca que las administraciones tributarias de ALC, han implementado diversas estrategias para mejorar el cumplimiento y fortalecer la gestión integral. Entre ellas se encuentran:

🗸 Enfoques cooperativos con grandes contribuyentes (52,9%) y patrimonios elevados (19,6%).

🗸 Factura electrónica obligatoria en casi la mitad de los países (44,1%).

🗸 Declaraciones prellenadas generadas por la propia administración (44,1%).

🗸 Dispositivos fiscales electrónicos que garantizan la trazabilidad (26,5%).

Estas iniciativas demuestran cómo la tecnología puede ser una herramienta poderosa para aumentar la transparencia, reducir la evasión y simplificar los procesos administrativos tanto para las AT como para los contribuyentes.

El futuro de la tributación digital se ve prometedor, y es esta transformación digital, la que impulsará una nueva era de eficiencia fiscal en la región.

Si te gustó este contenido, quédate leyendo ¿Cómo se estructura el sistema tributario de los Estados Unidos?

Escrito por: Catalina Bonnet

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