¿Cuánto pierde un negocio al no digitalizarse?

Pareciera una decisión que se puede postergar, pero lo cierto es que mientras estás decidiendo dar el paso o no, alguien más ya lo está haciendo (y te está llevando la delantera)

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Hace apenas una década, muchos emprendedores o empresarios pensaban que digitalizarse significaba tener una página web o abrir un canal en redes sociales y ya era suficiente con eso.

Hoy, la realidad es muy distinta. La transformación digital se ha convertido en el punto de inflexión entre quienes avanzan y quienes se quedan atrás.

Imagina esto:

Existen dos compañías que compiten en la misma industria, una invierte en automatizar procesos, aprovecha los datos para entender mejor a sus clientes y lanza servicios innovadores; la otra mantiene sistemas fragmentados, depende del papel y responde lentamente a los cambios del mercado.

Con el paso de los años, la primera gana participación, atrae talento y aumenta sus márgenes; la segunda empieza a perder clientes, reduce ingresos y se ve atrapada en costos crecientes.

Esta historia no es hipotética.

Estudios recientes muestran que la diferencia entre transformarse digitalmente o no hacerlo puede significar pérdida en ingresos, además de la capacidad de permanecer relevante en un entorno de competencia global.

La transformación digital ya no es una opción adicional, sino un camino esencial para crecer con fuerza en un mercado que cambia cada día.

En una investigación hecha por el Center for Information Systems Research (CISR) del MIT, basado en 1.311 empresas globales, se reveló que solo el 22% está realmente preparada para el futuro, como lo señala “Future Ready”, el libro que sacaron en su investigación.

Estas organizaciones han alcanzado una transformación digital integral que les permite innovar, mejorar la experiencia de cliente, optimizar costos y escalar con mayor rapidez.

Los resultados muestran un crecimiento de ingresos 17,3 puntos porcentuales superior al promedio de su industria y márgenes netos de14 puntos porcentuales más altos, según el MIT.

Siendo así, nos surge la siguiente pregunta:

¿Qué pierde una empresa o negocio que no se digitaliza?

Y sabes que no solo se trata de un simple “no”, sino una resistencia total a cambiar (lo cual es muy riesgoso). Hay algo más.

El MIT identificó cuatro rutas estratégicas para capturar valor digital. Cada una con riesgos distintos para los próximos cinco años:

Ruta 1: Industrializar (25 % de empresas), foco en mejorar su eficiencia operativa. (Si no cambian, podrían perder hasta 26 % de ingresos).

Ruta 2: Deleitar al cliente primero (18 %), orientada a mejorar la experiencia de cliente. (Riesgo de perder 39 % de ingresos).

Ruta 3: Alternar enfoque (26 %), combinar eficiencia y experiencia de cliente. (Pérdida estimada 37 % de ingresos).

Ruta 4: Crear una nueva unidad digital (7 %), cuando transformar lo existente es complejo o surge una amenaza disruptiva. (La pérdida llega al 43 % de ingresos).

Más allá de la cifra exacta, la conclusión es la misma:,no moverse significa perder competitividad, eficiencia y relevancia en el mercado.

La investigación del MIT también muestra cómo las industrias se desempeñaron:

  • Tecnología: 42 % elige la ruta de industrializar primero.
  • Manufactura e industria pesada: 35 % prioriza eficiencia operativa.
  • Banca y seguros: más del 20 % apuesta por mejorar la experiencia del cliente.
  • Servicios financieros y de TI: destacan en la creación de nuevas unidades digitales.

Por otra parte, el MIT advierte que muchas empresas empiezan con iniciativas digitales sin una visión clara, lo que termina en mayor complejidad y proyectos fragmentados que no logran un impacto real. Por lo que, sería ideal hacer un diagnóstico primero, para identificar qué procesos podrían empezar a digitalizarse.

En este blog, Procrastinación digital: quedarse estático no debería ser una opción te contamos más.

Ahora veamos un poco del panorama en la región ↓

La brecha digital en América Latina 

El reto es aún más grande en la región. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), más del 70 % de las pymes latinoamericanas se encuentran en niveles básicos de madurez digital.

Los principales problemas son:

1.Menos del 10 % utiliza sistemas avanzados de análisis de datos.

2.Un 40% de ellas, todavía dependen de registros en papel.

3.Apenas un 3 % ha desarrollado modelos analíticos propios.

4.El 50% carece de conocimiento sobre privacidad, protección de datos y transparencia en el uso de la información (conocimientos clave para adaptarse a la tecnología).

Esto se traduce en oportunidades desaprovechadas, mayor gasto logístico y un servicio al cliente que podría ser limitado.

Quedarse en modelos tradicionales no solo impacta los ingresos. También genera:

→ Procesos lentos e ineficientes que encarecen la operación.

→ Decisiones poco informadas por falta de uso de datos.

→ Menor capacidad de innovar frente a competidores digitales.

→ Clientes insatisfechos que buscan experiencias más ágiles y personalizadas.

En resumidas cuentas, no digitalizarse significa frenar el crecimiento, perder ingresos y quedar rezagado frente a quienes sí aprovechan la tecnología.

En América Latina, donde gran parte de las pymes aún están en etapas iniciales, el desafío es grande pero también la oportunidad.

¿Cómo adaptarse a estos cambios?

Aquí te enseñamos algunas recomendaciones claves para avanzar con éxito en esa primera etapa de adopción a la tecnología:

  1. Definir la visión y los objetivos digitales responder: ¿qué queremos lograr con la digitalización? (ej. mejorar ventas, reducir costos, llegar a más clientes).

  2. Diagnosticar el punto de partida detectar brechas tecnológicas y organizacionales, aquí se puede evaluar infraestructura, procesos, cultura interna y nivel de adopción tecnológica.

  3. Adoptar herramientas digitales esenciales migrar a soluciones accesibles como Facturación Electrónica, CRM o ERP en la nube.

  4. Capacitar al equipo en habilidades digitales básicas la alfabetización digital es esencial en este punto, se puede empezar por capacitar en uso de software, ciberseguridad básica, colaboración online. Y así, poder generar una cultura de apertura al cambio tecnológico.

La transformación digital es hoy el motor que permite a las empresas ser más competitivas, resilientes e innovadoras.

La pregunta ya no es si avanzar, sino cómo y cuándo empezar para aprovechar todo su potencial.

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Escrito por: Catalina Bonnet

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