En varios de los artículos que hemos ido publicando en este blog, hemos destacado el excelente rendimiento de la Facturación Electrónica como una herramienta superadora, con múltiples beneficios -que van desde los económicos hasta la simplificación del proceso- y que ha ido ganando terreno vertiginosamente a nivel mundial.
En otros tantos, te hemos hablado de las nuevas corrientes dentro del mundo empresarial, tales como la economía sostenible. En esta ocasión, queremos aprovechar para combinar ambos aspectos y remarcar el enorme desempeño de la Facturación Electrónica en todo lo relativo a disminuir el daño al planeta.
Como te mencionamos en un artículo anterior, la economía sostenible “se trata de un sistema que busca implementar una manera de vida tanto social como ecológicamente responsable. No se trata de una corriente que busque acabar el modo de vida actual priorizando únicamente el bienestar del planeta, sino que es mucho más global. El objetivo es lograr que las personas puedan vivir la mejor vida posible sin dañar el planeta, contando con empresas, organizaciones e individuos que puedan desarrollarse sin afectar la producción de recursos del planeta, consumiendo únicamente lo que puede producir el mismo”.
En ese orden de las cosas, podemos resaltar que la economía sostenible se encuentra mucho más contemplada en la Facturación Electrónica que en la tradicional, ya que, como te mencionamos en otra nota, evita la tala de millones de árboles en todo el planeta, pero además reduce notablemente la huella de carbono que tienen las boletas de papel, erradica el uso de tintas y sus envases plásticos, borra totalmente el uso de carpetas de almacenamiento con sus contenedores de acetato, disminuye la fabricación de impresoras y elimina totalmente el uso de impresoras fiscales.
Por todos estos motivos, podemos afirmar sin ningún tipo de duda que, además de ser un salto gigante en la digitalización de la economía, la Facturación Electrónica es un gran alivio para nuestro planeta, y esa es precisamente la premisa de las nuevas tecnologías.
Por Pablo Ortiz.
